Fan Fics


Vestigios de mi niñez

Estaba yo en mi buhardilla de Anker's,  eran vacaciones en la Universidad, Will y Sim habían ido a visitar a sus familias; Mola y Fela también, había visto a Devi tan seguido que había dejado de hacerlo por miedo a aburrirla, Denna estaba en algún lugar lejano y no estaba seguro de cuanto estuviera listo para salir en su busca; así que espere con mi laúd hasta que se hizo noche, bajé a cenar sin muchos ánimos, Anker pregunto si me pasaba algo a lo que yo respondí con un mudo <<no>> y seguí comiendo mi estofado con panceta, después de beber un largo trago de agua volví a subir a mi habitación y me recosté, estaba muy aburrido y yo no soportaba estar aburrido como bien saben ustedes; así que entre mi ocio pensando en Denna mi mente deambulo hasta los parámetros de mis padres. No pude evitarlo, solo recordé a Frank.


Frank era un tipo raro de mi edad, yo era muy chico y deambulaba con mi troupe de pueblo en pueblo como ustedes ya saben. Conocí a Frank al final de una presentación de Daeonica y creí que éramos grandes amigos. Es mas fácil hacer amigos cuando eres chico, solo tienes que decir tu nombre y eso hice, Frank en cambio era un chico como yo lo era en Tarbean, robaba sin descaro alguno, corría por las calles y se escondía como rata en un callejón; pero claro, yo no lo sabia, así que para mi solo bastaron las presentaciones.



Nos quedamos un rato en aquel pueblo, presentándonos como todo buen Edena Ruh lo hacia, evitábamos las peleas en los bares, nos aplaudían con gran alegría y salíamos por las puertas traseras hacia nuestros carromatos, así que hasta la hora de las presentaciones yo tenia mucho tiempo libre, tiempo que pasaba con Frank.



Solíamos ir a lugares escondidos y oscuros donde Frank me decía que lo esperase y volvía con pastelillos para los dos, yo no sabia de donde los sacaba pero no podía desconfiar de Frank así que los comíamos con las manos sucias y luego nos limpiábamos con la ropa, entonces Frank me retaba a hacer carreras y me decía que no volteara hacia atrás y yo lo hacia, corríamos lejos hasta detenernos en otro lugar mientras escuchaba gritos a mi espalda, pero yo no sospechaba y no volteaba.



Todo iba bien, éramos jóvenes, alegres y nos gustaba retarnos; hasta que Frank quiso robarle a mi troupe algo vital para ella, yo.



Fue una noche fría y alegre, mi troupe estaba en una posada cercana a nuestros carromatos así que Frank y yo salimos por la puerta trasera y creí que correríamos pero me detuvo antes de llegar a los carromatos.



-Quiero subir.- Me dijo, imperioso
-No puedes.-Obviamente yo lo tenia prohibido
-¿Por que no puedo? ¿No confías en mi?- Dijo suplicante
-No confiamos en nadie.- Dije un tanto arrepentido
-Anda Kvothe, hazlo, déjame entrar, quiero ver tus trajes; me gusta mucho el que usas para El rey tres peniques.
-...esta bien...- dije yo convencido



Y abrí el cerrojo de mi carromato y encendí una vela. Fui hacia mi baúl y saque mi traje.
-Toma.- Le dije a Frank
-¡Wow! - Exclamo él -¿Me lo puedo probar?
-De preferencia no.- dije yo receloso
-¿Acaso te molesta mi peste?- Dijo el entre ofendido y triste
-No, no es eso es solo que...-dije sin saber que decir
-Entonces esta bien.- dijo el rápido y se puso mi traje con facilidad y encajaba tanto con él que parecía que estaba hecho a su medida
-Bueno... ¿Te lo quitarás?- Dije impaciente
-¿¡Que!? ¿Quitármelo? ¡Estás loco! ¡Es magnífico!- Y se apresuró hacia mi laúd



No había llegado ni a tocar una sola cuerda cuando yo ya había tomado mi laúd de sus sucias manos y lo abrazaba protector a mi pecho.
-Kvothe...suéltalo.-Me dijo imperioso
-No.-Dije frio y molesto
-Kvothe, suéltalo.- Me dijo como si no lo hubiese entendido y fuera idiota
-Te dije que no.- Contesté tratando de controlar mi furia
-Me lo voy a llevar, junto con este traje y tu identidad, por favor; no me lo hagas mas difícil.- me dijo calmado
-No te lo hare mas fácil, de eso estoy seguro.- Dije yo serio y furioso



Y se abalanzó hacía mi, en una maraña de manos y dientes, (ahora agradezco Tehlú que no tuviera un cuchillo improvisado de teja o vidrio con el cual pudiera defenderse); así que lo frené con mis manos y traté de tomar las suyas mientras él dentellaba como perro rabioso.
-¡DÁMELO!- Gritaba



Mi laúd había ido a dar a una esquina del carromato donde yo lo había lanzado para tomar a Frank
-¡NO!- Gritaba yo en respuesta
Frank me lanzó una dentellada que alcanzó mi hombro y me dejo pasmado, me dolía y me obligó a soltarlo de ese brazo, me rasguñó la mejilla mientras me recuperaba, pero tomé fuerza y le asesté una patada en el estómago, lo que lo dejó inmóvil y sin aliento
-Basta.- le dije
Volvió a lanzarse sobre mi al poco tiempo que yo había dicho eso
-BASTA.- Le gritaba yo
Él seguía tratando de morderme, de rasguñarme, de lastimarme. Sentía lo pegajoso de la sangre y lo ardiente de los tres rasguños que me había echo en la mejilla.



Frank estaba a punto de asestarme un golpe certero al pecho justo cuando llego mi padre gritando que nos detuviéramos y se interpuso entre los dos. Mi padre había dejado la puerta del carromato abierta, por lo que Frank pudo escapar rápidamente

-¡Por Tehlu! ¿Qué hacías Kvothe?-Preguntó sin aliento por haber corrido hasta el carromato
-Nada.-Contesté lloroso
-¿Que hacia ese chico con tu traje Kvothe?-
-Nada.- Grite y di media vuelta a buscar mi laúd en el carromato para no llorar frente a mi padre
-¿¡Que hiciste Kvothe!?- me gritó molesto mi padre
-Frank vino, y quiso robar mi laúd.- dije susurrante.- robó mi traje y me quería robar a mi.- Y lloré
Mi padre me tomó entre sus brazos y me abrazó fuerte
-Uno no debe confiar en las personas desconocidas ¿Ah?
Sollocé ruidosamente
-Nadie te robará mientras tu seas siempre tú, hijo mío.- Me dijo serio


Al otro día emprendimos el viaje hacia otro pueblo, Frank no fue a despedirse, solo nos decía adiós un traje del Rey tres peniques lleno de sangre que le arrancaba destellos al sol entre las ramas de un bosque cercano, que estaba ubicado detrás de donde habíamos estacionado los carromatos, el traje ondeaba en la profundidad de éste con mucha sutilidad, y no poseía dueño.




Sofía Montes / @SofiaPsilocybes


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